jueves, 26 de noviembre de 2015

Porque ya no me encantas.

Te he escrito tantas canciones de despedida que no te cantaré que me he propuesto hacer la definitiva, porque esto se está volviendo innecesario y totalmente incoherente.

Se está haciendo más llevadero de lo que supuse en un primer momento. Ya casi ni te pienso, ni te canto, ni te escribo, ni te añoro. Y siento como me cubren nuevos aires, un invierno bajo otras mantas, otros calores, otros pisos y otras ciudades mentales. Lo he reducido todo a papel y lo estoy quemando y no voy a dejar que nazcan de nuevo las llamas. Vas a morir, pero sin dolor.

Tengo deseos diferentes, tengo nuevas palabras, nuevas melodías. Es como si a mi piano le hubieran salido más teclas y ahora los tonos de melancolía no suenan, tan solo los de esperanza.

Estoy siendo realista y estoy mirando por mí. Sí, por mí, porque yo también existo.

Y estoy volviendo a mi racionalidad, a mis amores exprés de parada en parada, de martes a martes, a Belice. Estoy saliendo de los cuarteles de invierno y adentrándome en el frío sin miedo a congelarme. Y se han acabado los puntos suspensivos. Y los he cerrado yo.

Estoy siendo el Ave Fénix que siempre quise ser, me estoy encaprichando de nuevo y joder, me encanta.

Porque ya no me encantas.

<<Dejarse llevar suena demasiado bien.>>

jueves, 5 de noviembre de 2015

Me gusta.

Me gusta la cara que pones cuando me pillas haciendo una de esas cosas típicas de mi. Me sonríes, me apruebas y desapruebas a la vez y pones esa mirada de 'no tienes remedio'.
Me gusta cuando me buscas entre la gente cuando te sientes perdido.
Me gustan tus gestos idiotas cuando te emocionas por cualquier motivo. Y luego vas y me juzgas por mis sonidos
Me gusta cuando te preocupas por mi frío.
Me gusta cuando quieres protegerme del enemigo.
Me gusta cuando defiendes lo mío.
Me gusta cuando somos uña y carne.

Me gusta cuando dices que ya no te gusto.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Palabras.

Comprendo que tus palabras hayan a ser totalmente arrolladoras y que por eso no las quieras pasar por mí, pero puede que el atropello no me mate y podríamos resurgir.

Estaría bien que fueras diez mil veces más valiente que yo.