Viernes
00:34
Recoges la cena que has preparado. Suena algo que no logro reconocer en el tocadiscos. No te cansas de ser alternativo. Tú, con tu delantal pero elegante, te mueves suavemente al ritmo de la música. Yo, mientras apoyo los codos en la mesa sujetando mi cara, procuro que no se me caiga demasiado la baba. Eres eléctrico y absolutamente nada caótico. Has conseguido remover lo que parecía muerto.
Me muerdo el labio mientras no me ves. Tengo ganas de besarte. Me levanto. Cojo cualquiera de los platos de la mesa. Me dirijo a la cocina. Me miras con una sonrisa pícara al verme llegar. Cantas la frase correspondiendo al compás de la canción. Dejo los platos. Te acercas. Nos besamos como nunca.
Estrenamos el salón.