Me siento libre y aliviada porque beso sin miedo los labios que quiero y quedo con aquellos amigos con los que los cafés saben mejor. He disparado a la felicidad en la diana y le he dado en el blanco de pleno.
Y este ha sido un acto valiente. Valiente, ¿recuerdas? Vuelvo a serlo. Soy una especie de Taylor Swift después de soltar toda la rabia, escribiendo canciones a dúo con voces masculinas que me impulsan hacia la potencia sonora. Me atrevo con todo: a piano o a banda completa. Si es que hasta sonrío.
Y todos lo van a ver, porque es público, y la captura será inmediata.
Todo podría haber sido diferente, pero tampoco tendría sentido. He decidido no cometer errores, querer queriendo, esperar a lo adecuado y mi apuesta ha sido sincera. Nadie podría hacerlo mejor.