jueves, 13 de diciembre de 2018

Mundo interior

Es curioso el contraste de mi habitación y el exterior. Son dos mundo contrarios. Fuera hace frío, viento, soledad. Aquí reina el calor, pero ese que te abraza. Aquí se oye un piano y la voz de Alfred. Y aunque esté sola, te siento aquí. Mensajes que se aprietan contra tu pecho y te hacen sentir. Pero aún así quiero sentirte justo aquí. 

En este mundo interior no sobran los besos. Las sábanas están demasiado vacías con un solo cuerpo. Los acordes suenan mejor con mi oreja apoyada en tu pecho. Te invito a venir. No hay nada que necesite más que a ti aquí. 

lunes, 24 de septiembre de 2018

Pausa.

Me sobran todos los centímetros de esta cama que no cubre tu cuerpo y la casa cada vez está más vacía. Izal grita en mis oídos. Ruido negro trepando mi cuello, directo a mis tímpanos, buscando el conducto adecuado para llegar a mi cerebro. Me siento lejos y a la vez cerca. Empiezo a ser lo que quiero, a hacer lo que me apetece, a no seguir el guión del hombre del tiempo. Ha vuelto el duende de la música indie, vuelvo a ser la niña alternativa. Pausa.

Vuelta hacia el otro lado de la cama. Me duele la espalda. Cada día que pasa ocurre algo peor en este cuerpo que hace tiempo brillaba entre el estiércol. Cada día tengo más fuerzas para encenderlo. Te enciendo. Me muerdes, pero como yo quiero. Parece que solo existimos para el momento, que nacimos para esto, que la intro fue muy larga y que tu tiempo pasa corriendo. Pausa.

Y qué haremos después de nadar en nuestras entrañas, de acaricias cuerpos ajenos. ¿Te gusta el azul cielo? No hay cuerpo más ajeno que el mío. No hay trago más amargo que mis miedos. No entiendo nada. Rabia.

Si buscas otras vidas, buscate otro cuerpo. Pausa. Pausa. Pausa. Rabia. Rabia. Tiemblo. Araño cada una de mis costuras, se abre todo, despierta la fiera. Los monstruos se alejan, y viene la calma. Y no entiendo nada. Nadie entiende nada. 

Pausa.

sábado, 28 de abril de 2018

29. Abril. Int. Noche. 3:41

Si no fuera porque te quiero con locura yo ya estaba lejos de aquí. Porque me ahogan las calles, las aceras se me clavan en los pies y las plazas cada vez son más estrechas. Si no fuera porque me tienes loca ya habría quemado las directrices, habría cerrado los agujeros y habría escrito hasta la última línea del folio con verso libre.

sábado, 17 de marzo de 2018

A veces

A veces llueve y es de noche. 
A veces los coches frenan delante del mío. 
A veces una luz roja emerge desde ellos hacia nuestra dirección. 
A veces estás a mi lado, de copiloto, y la luz hace maravillas con la facilidad de jugar en un lienzo perfecto. 
A veces me miras y hasta siento que me quieres. 
Y luego vas, y me dices que has pensado lo mismo. 
Y que sí, que me quieres. 
Y no a veces, siempre. 

sábado, 20 de enero de 2018

El hielo

Ya no soy un glaciar.

Voy tejiendo tus heridas entre sábanas y
tela, cocino con cuidado cada uno de mis besos, dibujo cada uno de mis deseos en tu espalda, afino mis palabras para cuando lleguen a tus costillas. Ya alcanzo a adivinar cada uno de tus gestos, desde la tregua hasta la garra. Entrelazo entre esquinas tantos besos que hasta los labios los gritan. Y es que todo es verdad, no eres parte de un deseo.
Suenan violines cuando pasas por la avenida y mi piano me hace pulsar lento. Fíjate: yo, que no era más que espinas. Que ya no hay cemento entre mi mente y mis actos, que piso el suelo y no es de esparto, que lo que empezó entre vías ahora viaja en las clases de alto rango. 
Descalzo, con los pies en la tierra, los ojos en el asalto, los disfraces en el suelo, tu pelo despeinado, con el rostro que incita al milagro. Descalza, con las manos vacías, la cabeza en el frente y tus labios en la mente, derrumbando todas las barreras, concentrada en el escándalo de unos brazos que acogen, un rugido que engancha, una mente que corre.
Nos quedan muchas armas que tomar, versos que encoger, semanas entre piel. Nos queda todo y más, porque darte todo sería quedarse corto.