lunes, 28 de agosto de 2017

Playas desiertas

Admito que no es por falta de caminos, sino por mi carencia irremediable de valor.
Es en noches como esta en las que termino autohiriendome sin ni siquiera tocarme y cortando el hilo conductor que lleva la cordura a mi cabeza. 

Nunca quise desterrarte, y menos de una tierra que no es mía. Nunca quise destrozarte, ni encender tus lágrimas, ni pintar en tu mente paisajes amargos. Nunca quise nada, y quizá ese fue el error. Pero te prometo que no jugué, y que si alguna vez lo hice, fue sólo conmigo.

Fuera de plano todo se ve mejor, y el tiempo me descubre un guión mucho más claro. Las pocas incógnitas que quedan volarán, se irán por la ventana en cuanto abra la puerta y entre esa corriente sanadora que llevo tiempo suplicando. Razones no me faltan para salir de aquí. 

Pero llegan nuevos inviernos con nuevos abrigos, nuevos vestidos de fiesta, nuevas noches de destrozos, nuevas teclas, nuevos versos, nuevas manos que leer. No me parece justo llevar el negro de un luto que yo misma provoqué. 

Es en noches como estas en las que termino autohiriendome  sanándome.
o por lo menos tejiendo planes para conseguirlo.

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