Estáis prendiendo fuego a lo que un día fue mi casa. Allí hice una familia, crecí, maduré, marque las puertas con señales y divisé nuevas fronteras. Me habéis sacado de mi hogar tras muchas pesadillas, habéis preferido ensuciarla y ahora da hasta miedo. Reinan las oscuras telarañas donde antes regían notas de color.
Y todo es por vuestra culpa, que no habéis dudado en masificar egoísmos en forma de sexo y madrugadas, que habéis sacrificado esta magia innata, que habéis derribado los muros que la soportaban. Todos los que crecimos quieren huir y vosotros sois el principal motivo.